2. La convivencia entre las ciencias y las humanidades
En la clase de hoy hemos trabajado en grupos una serie de
aspectos que se podrían mejorar con respecto a la educación en España. Yo he
trabajado en el grupo 3, al que correspondía el tema “Familias más presentes en
la escuela”. Dentro de este tema, se nos propusieron dos artículos
periodísticos: “Mediadores hasta en Whatsapp”—tratando el tema del bullying y
programas para acabar con él—y “En ciencias quieren más letras”. Este último
nos pareció más interesante, ya que todos coincidíamos en que desde que íbamos al
colegio se nos ha hecho elegir entre las ciencias y las letras, reduciendo la posibilidad
de que ambas conviviesen. Tras leer este
artículo en el que una serie de profesionales de distintas ramas (una
ingeniera, un médico y un economista, entre otros) explican el valor de las
humanidades, entre todos intentamos proponer una serie de medidas para mejorar la
convivencia y para recuperar el valor de las humanidades.
En primer lugar, pensamos que el paso más importante es
eliminar la concepción que se tiene a día de hoy de que las humanidades son
para “tontos”—y perdonad por el término, pero, desgraciadamente, es lo que
mucha gente piensa—y las ciencias para “listos”. Es más, es una idea que se nos
inculca desde el colegio, ya que son los propios profesores los que aconsejan a
los alumnos que tienen dificultades para el aprendizaje de determinadas asignaturas
que se decanten por la rama de humanidades. En mi caso fue al revés, como
estudiaba y sacaba buenas notas en todas las asignaturas, los profesores y mis
padres me aconsejaron elegir la rama de ciencias porque tendría más salidas profesionales
en un futuro (he aquí otro aspecto que habría que tratar para recuperar el
valor de las letras y que comentaré más adelante: “las ciencias tienen más
salidas que las letras”).
Les hice caso y no me arrepiento porque en aquellos momentos
no tenía claro a qué quería dedicarme en un futuro, y tampoco me iba a impedir
estudiar una carrera de letras. He terminado estudiando el grado en Estudios
Ingleses, una carrera “puramente de letras”, y en muchos momentos gente que
estudia una carrera de ciencias me ha mirado por encima del hombro, sintiéndose
superior. Desde aquí os digo que, en mi opinión, las salidas profesionales no sólo
tienen que ver con ser de una rama o de otra, sino que es mucho más importante
estudiar lo que realmente te gusta y demostrar que eres un profesional en tu
campo, porque es así como realmente nunca te faltará trabajo.
Por otro lado, también consideramos que debería de existir
una educación más transversal, en la que ambas ramas conviviesen, pues las
ciencias no serían nada sin las humanidades, ya que las letras se necesitan
para el simple acto de explicarlas. Para conseguirlo, pensamos varias opciones,
como la de una mayor flexibilidad en la elección de asignaturas optativas, eliminando
la agrupación tan estricta que existe entre una rama y otra. Sin embargo, esta
medida y muchas otras que planteamos requieren de una inversión económica que, a
día de hoy, parece no ser una prioridad para el país.
En resumen, está claro que se necesita un cambio de
mentalidad respecto a las ciencias y las humanidades, pero… ¿estamos dispuestos
a llevarlo a cabo? Yo sí, así que espero que en unos años no etiquetemos a las
personas como “de ciencias” o “de letras”, sino como profesionales de aquello
que les gusta.
¡Todo lo que has dicho es totalmente cierto! Toda mi vida he sido de letras puras y duras y compañeros que estudiaban ciencias me miraban como si no fuese lo suficientemente inteligente como para estudiar lo mismo que ellos. Al igual que tú, creo que hace falta un cambio de mentalidad desde los niveles más básicos de la enseñanza, al igual que una educación más transversal.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Irene! Ojalá ese cambio de mentalidad llegue pronto!
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