10. Participación escolar

Según el Artículo 118 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación:

1. La participación es un valor básico para la formación de ciudadanos autónomos, libres, responsables y comprometidos con los principios y valores de la Constitución.
2. La participación, autonomía y gobierno de los centros que ofrezcan enseñanzas reguladas en esta Ley se ajustarán a lo dispuesto en ella y en la Ley Orgá­nica 8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación, y en las normas que se dicten en desarrollo de las mismas.
3. Las Administraciones educativas fomentarán, en el ámbito de su competencia, el ejercicio efectivo de la participación de alumnado, profesorado, familias y personal de administración y servicios en los centros educativos.
4. A fin de hacer efectiva la corresponsabilidad entre el profesorado y las familias en la educación de sus hijos, las Administraciones educativas adoptarán medidas que promuevan e incentiven la colaboración efectiva entre la familia y la escuela.
5. En relación con los centros integrados y de referencia nacional de formación profesional se estará a lo dispuesto en la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional y en las normas que la desarrollen.
6. Corresponde a las Administraciones educativas regular la participación en los centros que impartan enseñanzas artísticas superiores de acuerdo con la normativa básica que establezca el Gobierno.
7. Corresponde a las Administraciones educativas adaptar lo establecido en este Título a las características de los centros que imparten únicamente el primer ciclo de educación infantil. Esta adaptación deberá respetar, en todo caso, los principios de autonomía y participación de la comunidad educativa recogidos en el mismo.

Como puede extraerse de las anteriores disposiciones, cuando se habla de participación escolar, esta no se limita a la participación de los centros y los profesores, sino que deben estar involucrados también los padres y los alumnos. Sin embargo, la tendencia a pensar que la participación es una tarea de los profesores ha hecho que, a lo largo de los años, no se haya considerado un aspecto importante y no exista una cultura de participación escolar en nuestro país. Por ello, para que la participación sea un hecho, es necesario que profesores, padres y alumnos quieran formar parte del proyecto educativo y participar en sus actividades. Para conseguirlo, es imprescindible la motivación, pero también la formación (para la tarea, la comunicación y la cohesión, y el funcionamiento organizativo). 

En el año 2012, el Ayuntamiento de Vitoria Gasteitz publicó una guía práctica sobre cómo trabajar la participación en las aulas, una propuesta flexible que estructura el trabajo sobre la participación y la participación ciudadana en el aula según diferentes niveles de detalle y de profundización. Estos niveles tienen un enfoque práctico, flexible y adaptable, y están pensados para disfrutar con la participación y motivar y reforzar el protagonismo de los alumnos. A continuación, los cinco niveles de trabajo que se proponen:

• Nivel 1. Sensibilización en participación.
• Nivel 2. Actitudes personales y grupales para la participación.
• Nivel 3. Participar en los asuntos públicos y comunitarios.
• Nivel 4. Vivenciando una experiencia participativa.
• Nivel 5. Diseño de un proceso participativo.

Me parece muy buena idea que se diseñen guías de este tipo para profesores que tengan inquietud sobre cómo abordar la participación en las aulas, que tengan ganas de innovar e ilusión por que los alumnos aprendan a través de experiencias y vivencias. Además, esta guía también incluye actividades programadas paso a paso para cada nivel, con una serie de objetivos a alcanzar y de competencias a desarrollar (junto con otras indicaciones de temporalización, materiales, evaluación...). Por lo tanto, creo que con documentos como este y con la motivación de padres, profesores y alumnos, es prácticamente imposible no conseguir que la participación sea un hecho en nuestros días. Sólo hacen falta ganas, pues ya sabemos cómo hacerlo.